Creo que ya lo he dicho en alguna otra ocasión pero las últimas colecciones de Zara son TREMENDAS. Me lo compraría todo...
Dicho esto aprovecho la ocasión para quejarme. Hoy en día o te compras ropa en alguna de las tiendas del Grupo Inditex o el resto tiene precios astronómicos. Jerseys a 200 euros, botas de 300...
¿ Dónde está la crisis ? Creo sinceramente que entre la blusa de Zara de 29,95 € a la blusa (prácticamente igual) de Sandro a 185 € hay mucho rango.
¡ ME INDIGNO !
Después de mi reflexión en voz alta os presento mis nuevas adquisiciones (by Amancio Ortega).
CUEROS, TACHUELAS, OROS Y MÁS OROS...
Un look así es digno de lucirse en el local más in de la ciudad, uno de esos donde ver y ser visto se convierte en algo imprescindible. Así es el Restaurante Ocaña.
Tras ocho años de remodelación del impresionante local de la Plaza Real por fin ha visto la luz. Su nombre es un homenaje a José Perez Ocaña, defensor de la libertad en todos sus sentidos, fue el protagonista de numerosos movimientos contraculturales de la transición en la Barcelona de los años 70. Fue, sin duda, el mejor escenario para su propia vida. Vivió en la Plaza Real y su balcón al lado de donde está Ocaña, era famoso por su altar dedicado a la Virgen de la Asunción y por estar siempre repleto de flores.
Sus 1200 m2 dan cabida a un Café, una coctelería, un club nocturno y un restaurante. La mezcla entre New York, Ibiza o el Berlín más de tendencia es palpable. Durante toda la cena me encandilé viendo a toda la gente guapa que pasaba por el local. El mismo personal no es un personal cualquiera, reinaban los tattoos, pierciengs, gorros, botas militares y mucho mucho estilo propio. Ocaña es un lugar de esos a los que hay que ir o SI o SI. En cuanto a su gastronomía la carta es de tapas y demasiado corta para mi gusto. La mejor opción del Ocaña es la de tomarse un buen cocktail acompañado de un par de tapas y disfrutar del espectáculo. Nada allí os dejará indiferente...
Kisses dear Readers
MPB
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